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Publicado : 15/06/2021 - Categorías : Las tecnologías de Dainese, AGV y su desarrollo
Desde hace muchos años, el casco se reconoce como la herramienta fundamental de protección para los motociclistas. Los números, además del sentido común, llevan a esta conclusión.
El traumatismo craneal es responsable del 75% de todas las lesiones fatales de los motociclistas. Por esta razón, muchos países exigen el uso obligatorio de un casco para subirse a una moto.
Cuando un producto es obligatorio por ley, es necesario introducir automáticamente una homologación que garantice que el producto comercializado ofrezca un rendimiento mínimo en varios aspectos.
Por lo tanto, solo los cascos que tengan una homologación válida en el país de uso pueden venderse y utilizarse legalmente en la carretera.
Los límites de la homologación.
Los límites de la homologación son inherentes a su propio propósito: establecer un estándar mínimo de seguridad, como mínimo.
Por lo tanto, un casco homologado no ofrece la máxima protección posible, sino solo la mínima exigida por la ley, que no puede establecer un estándar demasiado alto para no exigir a todos los motociclistas que gasten grandes sumas de dinero para llevar una prenda obligatoria.
El primer estudio sobre la protección de los cascos:
El verdadero problema es que durante años no ha habido estudios científicos disponibles sobre cómo hay que hacer un casco para que proteja mejor. Luego, en 1996, la Unión Europea, para remediar esta falta de conocimiento, emprendió el mayor estudio sobre los accidentes de moto y las lesiones relacionadas con los mismos, prestando una atención especial a la zona cervical y la cabeza.
El informe CO.S.T. 327
El estudio, que se realizó a lo largo de 5 años, se publicó en 2001 bajo el nombre de CO.S.T. 327 y este sigue siendo aún hoy, la única base científica disponible para:
Se necesitaba un nuevo sistema de diseño
Además, el estudio puso de manifiesto que la zona de las sienes es particularmente vulnerable a las lesiones y que, por lo tanto, el diseño del casco debería proporcionar más protección en esa zona. A partir de ese momento, se puso punto final a las excusas, había que trabajar para aumentar la capacidad de absorción de la energía.
Lo que hemos aprendido de la experiencia en las carreras:
Otro empujón que nos llevó a adoptar un nuevo planteamiento en el diseño de nuestros cascos vino de lo que habíamos aprendido a lo largo de los años trabajando en la pista en estrecho contacto con los mejores pilotos del mundo:
Las indicaciones que provienen de las conclusiones del informe CO.S.T. 327 y todo el saber hacer acumulado en las carreras, se aplicaron en el desarrollo de Extreme Safety, nuestro protocolo de diseño inaugurado con el Pista GP de 2012.
De la protección a la seguridad:
La introducción del concepto de safety, es decir, la seguridad, en lugar de la simple protección, cambió radicalmente la forma en que diseñamos los cascos. Y nos ha permitido, en los últimos años, diseñar cascos seguros y de alto rendimiento, porque los fabricamos pensando solo en los pilotos.
Los tres componentes de Extreme Safety:
Extreme Safety tiene en cuenta tres aspectos del casco:
Un protocolo exclusivo:
Para lograr los máximos resultados en cada uno de los tres aspectos, el exclusivo protocolo de AGV Extreme Safety abarca todas las fases del desarrollo y de la producción de un casco:
